sábado, 10 de mayo de 2008

Ser...estar...parecer

Han tenido que existir siempre pero ahora es cuando lo veo. Si sales un día cualquiera a la calle te darás cuenta de lo que voy a contar. Si cierras por un momento el lado derecho de tu tiempo útil y dejas abierto el otro, verás que sólo, solamente, hay dos tipos de personas.

Por decir, decimos, dos formas de vida; sean:

Están los rubios de bote y los morenos de playa. Las novias quinquilleras extremádamente platino o las extremádamente azabache. Éstas suelen estar junto a un chico que puede ser gustoso de lucir oro en el cuello o plata en la nariz. Están las personas que se compran el coche blanco porque es más limpio y las que se lo compran blanco porque es más barato; las que lo tienen negro porque luce más o las que lo tienen negro porque se ve menos en la oscuridad.

Lo cierto es que puedes ser de Nesquick o de Cola Cao, de Coca Cola o Pepsi, de Ballantines o de J&B. Puedes ser de Funcky o de House, de House o de Anatomía de Grey. Puedes ser carne de Reality o tragarte cada medio día el Reality de la 2ª edición del Telediario donde tú también superaste el casting. Puedes vivir contando los días vividos o contando los que te quedan por vivir.

Hay dos tipos de personas: las que cuentan por dos sus experiencias o las que hacen disipar las futuras sensaciones de los demás.

Puedes ir en bus o en bicicleta por la misma razón que hay gente que elige colar la pulpa de la naranja cuando se exprime un zumo natural o disfrutar de él masticando cada trocito que se encuentra su lengua.

Están las que respetan las normas y las que ignoran que éstas existen. Están las que bailan con un solo pie mientras están apoyadas en la barra del bar o las que bailan sin apoyar ningún pie siquiera en el suelo. Las que filosofean con Ortega y Gasset y las que lo hacen con la vida que le rodea sin saber que es lo mismo. Las que aprenden mirando el mar y las que no saben que es salado porque aún no lo han probado. Las que nunca aprenden y las que nunca aprenderán. Las que lloran a escondidas y las que se lo creen cuando se miran en un espejo después.

Las hay de Internet y las hay de Internet. Las hay que pagan y las hay que esperan. Las hay que se venden y las hay que suspenden cada mañana ESAV (Economía Social para Aprendiz de Vividor).

Están las que no echan azúcar al café y las que se guardan el sobrecito en el bolsillo de dentro para después; las que fuman por elegancia o las que lo hacen por necesidad. Las que cuentan los portales impares toda su vida y las que cuentan los pares porque es más fácil llevar la cuenta de su entorno dependiendo del momento en el que se encuentre. Las que no saben que hacer con su cuerpo y las que se conocen de verdad. Las que eligen y las que eligieron por ellas.

Las que creen que para generalizar usamos el género masculino y las que siguen muriendo porque alguien no sabe que la palabra “persona” es femenino del singular. Y “personas” femenino del plural…

Las que avistan ovnis cada 2x3 y las que no encontraron el Halley la última vez que pasó. Las que beben 0,0 y las que beben SIN. Las de tinto de verano de terracita y las de tinto todos los días del año en casita.

Hay más, muchos más estilos contrastados, y si yo fuera de otra forma seguiría enumerándolos. Pero paro aquí; yo soy de los que usan los medios para comunicar sin olvidar que para comunicar hace falta algo o alguien que sea comunicado, que para SER hace falta ESTAR primero cerca de alguien.


jueves, 8 de mayo de 2008

Creo en...

Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor, y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejaras de ser un títere de las circunstancias porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. TU eres parte de la fuerza de tu vida; ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfaras en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda

No sé cuánto hace que leí esto, ni dónde. Lo cogí, lo copié y desde entonces ha estado colgado siempre en mi cuarto, allá donde he ido. Supongo que con el tiempo se ha ido constituyendo como mi credo particular.

Es curioso cómo van cambiando de significado las líneas con los años, y cómo hubo épocas en las que me empeñaba en vaciar los renglones para justificar cualquier contexto.

También es curioso que ahora un rechinar de dientes, que se va convirtiendo en estruendo a medida que leo, no me impide oírme a mí mismo.

Hoy me sorprende poder compartirlo sin aprensiones, poder decir que esta es mi vida, que se va pareciendo a lo que quise. Ahora dime, ¿a qué se parece tu vida?