Lo que tienes es todo lo que queda, no hay más.
Esto es una nota mental, escrita con algo de rabia y con una alarma recordatoria que salta en mi cabeza cada diez minutos mientras estoy en clase. Se quedó grabada en mi mente hace unos días, después de los exámenes de septiembre.
Acabo de sentarme, todavía no ha llegado el profesor y casi como siempre, lo que ha quedado escrito en la pizarra de la clase anterior me desconcierta. Intento evitar fijar mi atención en ese montón de garabatos inconexos, porque me crean ansiedad. Siento que no puedo controlarlos, comprenderlos o recordarlos, no son más que notas, pero ahora mismo no puedo identificar nada. Poco a poco comienza a emborronarse la pizarra, hasta que no me queda más remedio que bajar la vista y empezar, otra vez, a morderme los padrastros.
Cabizbajo empiezo a pensar, pienso en créditos y matrículas, en asignaturas, profesores, planes de estudio, carreras... ¡Para, para!
Suena la alarma, la apago y se activa el optimismo. Lo de la pizarra no es para ti, me digo, esas notas ya las aprendiste o, simplemente, no las necesitas. Para ser físico, sigo diciéndome, no vas a tener que poseer todo el conocimiento del Universo y no tienes que escribir mejor que Bécquer, no tienes que estudiar biología, informática, historia, filología rusa ni opositar para magistrado del Constituicional. ¡Sólo tienes que aprobar lo que te está contando este tío tan friki, y el resto de asignaturas de este cuatrimestre!
Subo mi nivel de optimismo, ahora escucho jaleos de fondo, mi voz adquiere un tono épico al más puro estilo Braveheart y me grito en silencio: pronto acabarás la carrera, terminarás lo que empezaste y honrarás a todos los bolis, que tanta tinta derramaron en los exámenes derrotados. Mientras imagino el relincho de mi caballo y ondea mi melena indomable… ¡Para, para!
Vuelve a la clase, que te la estás perdiendo porque siempre te pasa lo mismo. Es lo que pasa por no tener término medio, murmullo.
Nota a la nota mental: Se que sí hay más, de hecho hay mucho más de lo que los más ególatras soñaron conocer y poseer, pero no es de lo que me ocupo a día de hoy. Más o menos así es (y así fue) el Universo:
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