Ahí, en ese diminuto círculo… no sé. Quizá ahí, justamente ahí, hace más de 13 mil millones de años, estábamos tú y yo, y no sé… 6.500 millones de personas más. Además del resto del Universo. Pero lo más sorprendente, lo que no consigo explicarme, es que ahí cupieron todas las metas, todos los propósitos y todos los besos.
Y en menos de un segundo… ¡en mucho menos de un segundo! ya ocupábamos un espacio inmenso, ¡millones de años luz! Por suerte, quedamos separados unos de otros por tan solo un puñado de kilómetros…
Tú no puedes volar a la velocidad de la luz, pero a cambio se te ha dado mucho más de un segundo, se te ha dado una vida entera para cruzarte con un montón de caminos.
Te mereces el viaje, te mereces disfrutarlo, te mereces mucho más.
Cuando escribí esto, a mi hermana le faltaban menos de tres semanas para su viaje de ecuador de carrera. Lo hice porque le vi abatida, bastante triste y con ganas de renunciar. A mí no se me exigió la pequeña proeza que ella está haciendo ahora. Reconozco que tuve otras responsabilidades, pequeñas cargas, pero creo que se merece todo mi respeto. Por supuesto, intenté ayudarle en todo lo que pude.
Me di cuenta de que, detrás de su peculiar forma de ser, siempre me ha pedido apoyo a gritos. Y lo que más me costó admitir fue que yo también lo hacía, que lo hago y que lo seguiré haciendo. Supongo que, en forma de ultrasonidos, que solo escuchan quienes mejor nos conocen, todos pedimos a voces lo que no nos atrevemos ni a susurrar a los demás. A veces no hace falta hablar claro, a veces hay cosas que no hace falta decirlas.
1 comentario:
Q bonito escribes... Jose Angel... Y muy buen apoyo que tiene tu hermana de ti, con esto... quien no tiene ganas de seguir adelante? si con solo leerlo se me ponen los pelos de punta...
Que grande eres! y te acabo de conocer, como quien dice...
Que vaya bien y sigue asi!!
1 besito, salao!
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